En casi todos los procesos biológicos las proteínas (albúminas) tienen un papel clave. Así la mayoría de enzimas, anticuerpos y hormonas constan de proteínas. También los músculos, la piel, el pelo y las uñas están formados principalmente por proteínas. Las proteínas, al contrario de las grasas, no pueden ser almacenadas en el cuerpo y por ello tienen que serle suministradas regularmente.

Los pilares elementales de todas las proteínas son los aminoácidos. Existen 22 aminoácidos conocidos que el organismo humano necesita. 13 de ellos son producidos por nuestro propio cuerpo mientras que 9 deben serle suministrados a través de los alimentos. Estos 9 se consideran aminoácidos esenciales. Es importante que el cuerpo reciba constantemente una cantidad suficiente de aminoácidos esenciales para garantizar de este modo su propia producción de albúmina.

Pero proteínas no significan automáticamente proteínas. El valor biológico de las proteínas es el número que da información de cuán valiosas son para un abastecimiento óptimo de albúmina en el cuerpo. Si se comparan las proteínas vegetales con las proteínas animales, se comprobarán diferencias notables en su valor. Para la alimentación humana las proteínas vegetales son menos valiosas porque en ellas los aminoácidos se encuentran en cantidades insuficientes. Es importante tener en cuenta que deben ingerirse en lo posible los 9 aminoácidos esenciales en una composición equilibrada. Cuanto más variada y equilibrada sea la cantidad de aminoácidos esenciales, más alto será el valor biológico para el cuerpo humano. Mediante una mezcla adecuada de aminoácidos de distinta procedencia se puede conseguir un valioso complejo de proteínas como complemento nutritivo.

Sobre todo las personas que precisan una cantidad más alta de aminoácidos como por ejemplo los deportistas, las personas mayores y los niños en la fase de crecimiento, se benefician  especialmente de un complemento nutritivo con aminoácidos de esta índole. Pero también aquellas personas que no toman alimentos de procedencia animal pueden compensar de este modo esa carencia.