El hierro es un componente de la sangre de vital importancia y una de las sustancias minerales más importantes. Normalmente un cuerpo sano contiene de 2,5 a 5 gramos de hierro. Está en un 70% en la hemoglobina y en la mioglobina, el depósito de oxígeno de los músculos.
Como los glóbulos rojos tienen que renovarse constantemente, es necesario que el cuerpo disponga siempre del hierro suficiente. Normalmente el cuerpo humano contiene de 2,5 gr. a 5 gr. de hierro que se ingiere a través de los alimentos. Sin embargo, una gran parte se elimina de nuevo de formas diferentes. En algunas situaciones se necesita una cantidad más elevada de hierro:
La falta de hierro es uno de los síntomas carenciales más frecuentes. La anemia producida por la falta de hierro puede conducir a una serie de dolencias. El cansancio, los dolores de cabeza, la falta de concentración, los mareos, la falta de apetito, la poca capacidad de estudio y el bajo rendimiento, así como la propensión a las infecciones son sólo algunos de los síntomas típicos.
La sangre enriquecida con el suficiente hierro puede abastecer al organismo con el oxígeno suficiente y de este modo mantener las funciones vitales.
El hierro como complemento de la alimentación sirve para prevenir y mejorar los síntomas carenciales de hierro y sus consecuencias.