En 1905 se demostró por primera vez la existencia de la L-carnitina. Los científicos pensaron al principio que se trataba de una vitamina, después se reconoció su función como aminoácido.
La L-carnitina es una sustancia indispensable. Nuestro cuerpo la necesita principalmente para la producción de proteínas. Sin embargo la L-carnitina no es un sillar de las proteínas como la mayoría de aminoácidos, sino que actúa como suministrador de energía para las células. Es responsable del transporte de ácidos grasos a los mitocondrios de las células musculares y hace posible la transformación de grasas en energía muscular. Sin la L-carnitina las grasas no pueden penetrar en los mitocondrios y de este modo no pueden ser consumidas por el organismo. Las grasas no consumidas o bien son de nuevo eliminadas por el organismo o bien se almacenan en el cuerpo en forma de reservas de grasa. La carencia de L-carnitina ocasiona en la mayoría de los casos una reducción de la capacidad, pérdida de energías y una sensación de cansancio y agotamiento.
Los deportistas de competición que tienen un consumo energético alto saben valorar las características de la L-carnitina que contribuyen a aumentar su rendimiento físico. Pero también para personas que sufren debilidad de los músculos cardiacos y enfermedades coronarias se recomienda un complemento nutritivo a base de L-carnitina. El corazón necesita recibir constantemente energía, por ello es especialmente importante para los músculos cardíacos que reciba la L-carnitina suficiente. La importancia de la L-carnitina para el metabolismo de los músculos se basa principalmente en el aspecto de los esfuerzos continuos. Como el corazón debe realizar una función especial trabajando sin pausa, la L-carnitina actúa como factor de protección del corazón.
La L-carnitina tiene también una función depuradora. Elimina de forma efectiva de las células sustancias no deseadas como las materias tóxicas del medio ambiente. Las sustancias nocivas pueden de este modo ser eliminadas más rápidamente del organismo a través de los órganos secretores.
Otras investigaciones han dado como resultado que en caso de obesidad con frecuencia hay carencia de L-carnitina. La L-carnitina es necesaria para transportar los ácidos grasos a los núcleos de las células. Allí las grasas se transforman en energía y a continuación se consumen como energía celular. Es importante destacar que sería un error querer reducir peso únicamente tomando L-carnitina. Si se quiere adelgazar con L-carnitina debe hacerse practicando al mismo tiempo algún deporte y con una alimentación equilibrada.
En resumen puede decirse que la L-carnitina actúa aumentando el rendimiento y la resistencia y disminuyendo los periodos de descanso necesarios tras haber realizado esfuerzos, disminuye la tendencia a sufrir calambres musculares, mejora el rendimiento del corazón, previene los síntomas de envejecimiento prematuro y contribuye a que no se formen acumulaciones de grasa.