La raíz del yam silvestre pertenece a un grupo de plantas trepadoras que crecen en las zonas tropicales. Sus hojas tienen forma de corazón y, según su tipo, forma un tubérculo que penetra hasta unos 5 m de profundidad en el suelo. De las 600 clases distintas de yam que desde hace siglos se consumen como verdura en Asia, África y América, el mexicano yam silvestre (también llamado "wild yam" o "discorea mexicana") es considerado el más valioso. Contiene una hormona esteroidea llamada diosgenina que constituye un elemento fundamental para la síntesis de la hormona. Con la diosgenina obtenida a partir de la raíz del yam, la naturopatía posee algo más que una verdadera alternativa a las hormonas esteroideas obtenidas hasta ahora químicamente con sus a menudo desagradables efectos secundarios.
La raíz del yam facilita sin efectos secundarios la actividad hormonal gracias a la diosgenina vegetal, que actúa como la progesterona y armoniza el cambio hormonal periódico en el cuerpo de la mujer. Los científicos han podido establecer que esta sustancia es muy similar a la progesterona
natural propia del cuerpo de las mujeres. En la investigación se ha determinado que con la progesterona natural de diosgenina los problemas de la menopausia se alivian significativamente y se puede prevenir la osteoporosis latente. Con la raíz silvestre del yam mexicano, en muchos casos se puede evitar un tratamiento hormonal artificial con sus desagradables efectos secundarios. Para las molestias de la menopausia se recomienda completar la raíz de yam con ácidos linoleicos, como los que se encuentran p. ej. en el aceite de onagra o en el de borraja.
Su contenido en diosgenina también estimula la producción propia de DHEA (DeHidroEpiAndrosterona) en las glándulas suprarrenales. La DHEA es conocida por su efecto antienvejecimiento y ayuda a ralentizar el proceso de envejecimiento, a conservar la capacidad física y mental, a sentirse vital y a permanecer joven durante más tiempo.
Nota: Durante el embarazo debe evitarse el consumo de raíz de yam.